Lc 5.27-32 - "Llamados a un cambio de Señor" - Serie Llamados para trastornar el mundo 02

Llamados para trastornar el mundo  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented   •  51:27
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INTRODUCCIÓN

¿Cómo ha estado tu semana? ¿Hemos comenzamos a impactar el mundo con nuestra fe? Estamos en una serie que debería ayudarnos a eso.
Es posible que muchas veces pensemos que no vamos a poder, que no vamos a rendir.
Tal vez no solamente nosotros lo creemos, sino otros nos ven y piensan lo mismo.
“Hay algunas personas que no parecen que van a rendir o no lo van a lograr”
Y de pronto miras tu vida, y no parece que puedes hacerlo. Miras a tu alrededor y sientes que no encajas en ningún lugar, o no es importante lo que haces para el Señor.
¿Alguna vez te ha pasado esto? ¿Que no haces algo importante para el Señor pero ni siquiera encajas en ningún lugar?
No eres bueno para algo o ni deseado para algo, pero si haces lo contrario, sigues estando mal. ¡No encajas de ninguna forma!
Y es verdad, hay personas que no encajan en ningún lugar.
Algunas personas que no encajaban en ningún lugar eran los cobradores de impuestos.
Creo que hasta el día de hoy no encajan en ningún lugar.
Pero en tiempos antiguos esto era todavía peor. Realmente nadie los quería.
El imperio romano, había conquistado gran parte de oriente y para tener beneficio de los pueblos que conquistaba exigía impuestos.
Como era peligroso poner a ciudadanos romanos cobrando impuestos, ellos ponían a personas del mismo lugar y les ofrecían grandes beneficios si cobraban los impuestos para ellos.
Estas personas encajan menos. Por un lado tienen a César como Señor y se han alineado a los opresores para optar por sus miserables beneficios, pero si los utilizaban tampoco querían que sean parte de la verdadera sociedad romana y sus beneficios, y por otro lado, son considerados como traidores por su gente.
¡Están como atrapados!
No los quieren en sus pueblos y tampoco los quiere Roma. Solo les son útiles temporalmente y porque les dan beneficio al Imperio.
Así que estas personas, los cobradores de impuestos, viven entre dos mundos, y no pueden integrarse a ninguno de ellos.
De hecho, son tan despreciables, que se va a crear un título para despreciarlos, siempre que se hable de los pecadores, se va a hablar también de ellos.
Por eso en la Biblia se dice “los publicanos y los pecadores”, siempre van juntos.
¿Te imaginas vivir así? No tienes la aprobación de nada, ni nadie.
No hay cosas importantes en tu vida. No parece que tienes algo por hacer valioso para el Señor. Trabajas para el César, pero realmente no eres querido por él. Vas a casa, y no eres querido en tu pueblo.
Y por si fuese poco, siempre vas a estar en la bolsa de los malhechores. Siempre serás contado con los pecadores.
Pero ¿te ha pasado alguna vez? ¿Has estado en esa bolsa?
La Escritura entonces, tiene algo que decir al respecto. Algo que puede ser importante y valioso para todos los que hemos estado así.

EXÉGESIS Lc 5.27-32.

La Escritura sí nos cuenta de un hombre que era exactamente así.
No encajaba en ningún lugar y nadie quería integrarlo.
Sabemos que Jesús llamó a Pedro y lo hemos estudiado, pero seguro que al siguiente personaje no lo debería hacer. Este personaje parece ser despreciable.
Lucas 5:27 RVR60
27 Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
"Después de estas cosas salió..”
Jesús está iniciando su ministerio.
Predica el evangelio y ha llamado a Simón y a sus primeros discípulos.
Jesús viene haciendo milagros.
Sana leprosos, sana paralíticos.
Su fama se extiende más y más, pero él se alejaba a lugares desiertos para orar.
Pero algo había pasado en el último milagro.
Debemos volver atrás un poco.
Cuando Jesús sanaba a un paralítico algo particular pasó:
Lucas 5:19–20 RVR60
19 Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.
Jesús estaba en la tierra y estaba perdonando pecados.
Esto debió alarmar mucho a los farioseos y a todo celoso de la Ley Hebrea.
Un hombre de carne y hueso está perdonando pecados.
Pero Jesús no es tan solo un hombre de carne y hueso.
ÉL es el Hijo de Dios, es la segunda persona de la Trinidad, del Único Dios Verdadero.
Dios había puesto sus pies en la tierra y perdonaba pecados en su derecho de Creador y Soberano del Universo.
Aunque las Escrituras hablaban de Dios con Su Pueblo, EMANUEL, los estudiosos, escribas y fariseos nunca entendieron esto.
Hay un RECHAZO GRANDE A JESÚS, EL MESÍAS, y este rechazo va a llevar a la crucifixión a Jesús.
Recuerda, seguimos conociendo el qué significa “después de estas cosas..”
Lucas 5:21 RVR60
21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
Acusan a Jesús de blasfemia.
Blasfemia es un insulto verbal pronunciado de manera intencional y malévola contra Dios, en actitud de desprecio hacia Dios.
En este caso, usurpar lo que solo Dios puede hacer, perdonar los pecados.
Los judíos especialistas en las Escrituras, estaban rechazando a Jesús.
La blasfemia en la Ley es causa de muerte.
El problema de los escribas y fariseos es revelado:
No aceptan su condición espiritual.
Tan solo esperan un mesías o un salvador político, que libere de la opresión romana, pero no ven su condición espiritual.
No pueden ver lo perdidos que están espiritualmente y rechazan al que desciende del cielo para revelar la condición del hombre y entonces actuar para salvación.
Empieza a marcarse dos clases de personas:
Los que no ven su condición espiritual. Ellos no necesitan un cambio de Señor.
No requieren a un mesías salvador espiritual. Mayormente gente poderosa o religiosa.
Los que reconocen su pobreza espiritual. Los que requieren un nuevo Señor.
Mayormente gente marginada. Reconocen su pobreza espiritual y empiezan a recibir a Jesús y el mensaje de arrepentimiento.
Lucas 5:22–25 RVR60
22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.
El paralítico fue examinado por Jesús y Él perdonó sus pecados y al mismo tiempo como evidencia de su poder, lo sanó.
Paralítico, recibe al mesías y glorifica a Dios.
Lucas 5:26 RVR60
26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
Jesús mostraba sus credenciales. Él tenía que cumplir las profecías (Is 61), y sanar espiritualmente y aún fisicamente a los quebrantados de corazón.
Pero no todos veían su pobreza espiritual. No los grandes religiosos.
Y ahora, recién, una maravilla más grande que un paralítico levantado, iba a acontecer.
Ahora, ya podemos volver a Lc 5.27 y entender: “Después de estas cosas..
(LEER PARTES DE VERSÍCULO X VERSÍCULO)
Lucas 5:27 RVR60
27 Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
“Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos..”
Aparece en escena un hombre publicano. ¡Qué problema más grande!
Muchos están esperando un mesías político, que libere de la opresión de Roma u otras naciones.
Pero mientras buscan liberarse de la opresión, aparecen los publicanos, que son del mismo pueblo, que se han vendido a Roma.
Los publicanos son cobradores de impuestos entre los judíos para Roma.
Ellos han preferido servir al emperador o César por las migajas de sus beneficios y por tener la oportunidad de aprovecharse en los cobros de impuestos.
Y si no quieres pagarlos, tienen el poder de los soldados romanos opresores.
No son queridos, son despreciados.
¡Ellos van a cobrar impuesto aún al mismo Jesús, Creador!
Roma había puesto lugareños que estén familiarizados con las rutas, pueblo y gente para cobrar los impuestos de las transacciones de propiedades y mercadería.
Nadie podía liberarse de ello.
Son considerados como corruptos. Muchos lo eran sin duda, pero todos están en la misma bolsa.
Muchas veces cobran más de lo necesario y el dinero extra es para sí mismos.
Son considerados como traidores al judaísmo por favorecer a Roma y hasta son considerados de traidores a Dios mismo.
Fuentes rabínicas antiguas vinculan a los recaudadores de impuestos con los ladrones.
Y si pudiésemos decirle algo a Jesús, ser sus consejeros, con nuestros limitados ojos humanos, sabiendo la situación o relación entre los judíos y los mismos judíos cobradores de impuestos, le diríamos:
“Señor, no te juntes con ese publicano, no será estratégico para ganar al pueblo o a los principales líderes del pueblo”
Pero Jesús no es así:
“..y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.”
Jesús no huye como todos, no está asqueado de Leví el publicano.
¡Jesús si es bueno para los problemas!
Pide que le siga un hombre asociado a la corrupción, a la traición a los judíos, a un hombre sumamente despreciado y poco religioso.
Aún sus mismos discípulos o los primeros que han sido llamados, podrían estar decepcionados de Jesús.
¡Probablemente Leví les ha cobrado impuestos y ellos tendrían que tener de compañero a una persona tan despreciada!
Realmente, ¡LEVÍ NO ENCAJA EN NINGÚN LADO!
Que situación. Jesús ha desafiado a Leví a seguirlo.
Leví sabe que no es un llamado de un día o un momento.
El que ha reclama los derechos de mesías y Emanuel, le acaba de pedir que lo acompañe, aún dejando lo que era hasta ese momento Leví.
Probablemente Leví ya ha escuchado mucho de Jesús, pero Leví, debe examinar su vida, pues, o es servidor de César o seguirá a Jesús.
El sígueme de Jesús, era un llamado a dejar todo lo que Leví era, aún su servicio a quien era su señor, César.
Los llamados de Jesús son completos, transformadores.
Él no llama a parchar o corregir algunas cosas y que sigas con lo mismo. Sino a cambiar todo por completo.
Lucas 5:28 RVR60
28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
"Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.”
Leví no se preocupa de la opinión del resto.
Aún, está dispuesto a estar en medio de los discípulos, sabiendo que no será bien recibido.
Pero sobre todo, Leví, está dispuesto a dejar su entrega a Roma, a César y a sus beneficios, así como está dispuesto a ser la burla de los escribas y publicanos.
Aquel que no encaja ni con los unos ni con los otros, recibe el amor de Aquel, que lo está llamando.
¡Él quiere seguir a Jesús!
Ni siquiera se preocupa de su contrato romano y lo mucho que podría crecer sirviendo a Roma y a César. Él lo deja todo, se levanta y sigue a Jesús.
Lucas 5:29 RVR60
29 Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
“Y Leví le hizo gran banquete en su casa;..”
Leví es un hombre agradecido.
La salvación había llegado a su vida, y con seguridad iba a alcanzar a la de su familia.
Es un hombre que tiene mucho dinero, pero luego tendrá que ir con “aquel que no tiene ni donde recostar la cabeza”.
Seguir a Jesús, también tiene exigencias para Leví.
Pero no parece un hombre torturado por las exigencias que vendrán, sino lleno del gozo de ser llamado por Jesús.
Tal vez va a ser el último gran banquete de Leví, pero ese hombre aunque padezca con Jesús, va a tener un gran banquete en el cielo, que Jesús ha preparado para los suyos.
Leví prepara una mesa donde muestra su gratitud a aquel maestro, despreciado por los grandes escribas y fariseos, pero que ha puesto sus ojos en él.
“..y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.”
Leví no se regocijaba sólo con Jesús.
Leví, quien será Mateo, está rodeado de su medio o círculo.
Comparte su alegría de recibir a Jesús con otros publicanos.
¡Esa es una reunión de traidores al judaísmo! Al menos así, podría ser vista por otros judíos religiosos.
Pero recuerda que hay dos clases de personas:
Lucas 5:30 RVR60
30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
La acción de Jesús de estar con los despreciados y traidores del pueblo, lo hacía impopular.
No parecía la mejor estrategia para ganarse el derecho de mesías.
Pero Jesús no vino a ganarse un derecho de mesías o a calmar las ambiciones de cada grupo distinto de personas.
Él vino a cumplir EMANUEL, Dios con nosotros y fue a su pueblo a liberarlos de la opresión espiritual que tenían, y que ciertamente llevaba a la condenación.
"Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos,..”
Y nada de esto se realizaba en lo oculto.
Muchos escribas y fariseos tenían de cerca a Jesús, pues ya ha sido acusado de blasfemia y está en los ojos aún de los sacerdotes para ser eliminado.
El corazón de los escribas y fariseos se pone en evidencia.
Quienes deberían haber esperado a EMANUEL, Dios con nosotros, no querían aceptar su realidad espiritual y amparados en su religiosidad podían ver en otros el pecado pero no en sí mismos.
Murmuran, hablan mal desde sus corazones hacia afuera respecto a las acciones de Jesús.
“..diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
Los publicanos, claramente identificados como pecadores, ceremonialmente no son aceptados.
Son indignos, impuros, aparte de ladrones y corruptos, y traidores a los judíos, servidores de Roma.
Mientras Jesús tiene un propósito de buscar a los que se han perdido, los religiosos los marcaban, señalaban y los hacían a un lado.
No debían estar juntos, pero aún mucho menos debían estar en la misma mesa.
Pero el problema para Aquel que ve los corazones, es un pecado que no ha sido confesado o en el que no hay arrepentimiento.
Leví, al seguir a Jesús, dejar todo, pone su corazón en una actitud de arrepentimiento delante de Dios.
En cambio, los fariseos no pueden ver ni siquiera rastros de su necesidad del CRISTO o enviado de Dios.
Una escena fuerte, contada como parábola por Jesús, pero sabiendo Él los corazones de quienes representan, y cómo los fariseos se justificaban a sí mismo, decía esto:
Lucas 18:9–13 RVR60
9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Esta escena tiene a los dos mismos participantes de la escena donde se encuentra Jesús: fariseos y publicanos.
Los Fariseos tienen un gran desprecio por los publicanos pero llama la atención cómo se justifican a sí mismos.
Mas el publicano de esta parábola, porque ciertamente había publicanos ladrones, se arrepiente y sabe que no puede justificarse a sí mismo, y reconoce su miseria espiritual y va al Señor.
Concluye así lo que cuenta el Señor:
Lucas 18:14 RVR60
14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Para Jesús, que es quién examina los corazones, el publicano fue justificado, antes que el fariseo que no tiene una necesidad de arrepentimiento.
Pero ahora, ya no es solo una parábola, sino que está pasando.
Fariseos están mirando de cerca y reclamando a los discípulos y a Jesús mismo por qué está con los publicanos.
Leví debe ser tan despreciable para los fariseos, que ningún religioso devoto, debería estar cerca a él. ¡Cuánto menos uno que dice venir del cielo como Jesús!
VOLVER AL VERSÍCULO EN DIAPOSITIVA
Lucas 5:30 RVR60
30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
Así que Jesús, va a decir o revelar lo que los escribas y fariseos ignoran voluntariamente y es la respuesta a: “..¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?”
Lucas 5:31 RVR60
31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
"Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.”
Para Jesús la condición y autoexaminación de cada uno, determina su posición ante Dios.
Los que se ven a sí mismos como sanos, no requieren doctor alguno.
Los que no ven su decadencia espiritual, no requieren a un mesías salvador.
No requieren arrepentimiento.
En cambio, los que perciban su mal espiritual, son los que abrirán sus puertas a quien vino del cielo a buscarlos.
Leví, no era una persona sana. Leví y muchos publicanos padecían de grandes males.
Todos ellos eran pecadores para sí mismos y delante de Dios.
Pero aún Leví, se había arrepentido y había decidido seguir a Jesús.
¿Pero cuántos fariseos estaban parados delante del Rey Eterno, y no se arrepentían?
Lucas 5:32 RVR60
32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Y esta es la esencia del llamado de Jesús, el mismo que se extiende hoy a nosotros.
"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.”
Y no es que hay justos que no requieren de Jesús.
No hay ni un justo delante de un Dios verdaderamente Santo.
Aún la Biblia dice que no hay ni siquiera uno.
Cuando la persona ha cerrado su corazón y se ha enceguecido, entonces no ve la necesidad de arrepentimiento, no puede verse pecador.
Si no se ve pecador, no requiere de un suficiente Salvador.
Y solo hay UN SALVADOR.
Leví es aquel, que se declaró pecador.
Leví tiene todo el dinero que podía tener, pero se declara en bancarrota espiritual delante del CREADOR.
Leví sabe que su corazón está entenebrecido, pero solo caer rendido a AQUEL que lo ha llamado, puede salvarlo.

MEDITEMOS EN LA PALABRA

Leví era un hombre que no encajaba en ningún lugar, pero fue llamado a cambiar de Señor, a uno con el cuál sí podía integrarse y ser utilizado para propósitos de eternidad.

JESUCRISTO sigue llamando hoy a toda las personas, aún a los despreciados al arrepentimiento para ser el Señor de sus vidas y trastornar el mundo.

Que maravilloso conocer a Jesús. ÉL nos viene a buscar y nos llama aún cuando para la mirada del mundo y nosotros mismos podemos ser los menos dignos.
Aún cuando tenemos un transfondo de errores y pecado, donde nos hemos equivocado varias veces.
Jesús si sigue pensando que podemos ser transformados y que podemos dejar atrás toda la vida de pecado, ser lavados con Su sangre, y hacernos nuevas criaturas.
Él puede transformar al pecador para que sea un hombre que se rinde a Su santidad.
Él puede llamar a una persona que trabaja solo para su beneficio y para sus propósitos, para darle propósitos de eternidad.
¿No hizo eso con Leví? ¿No fue este hombre después llamado Mateo?
Es increíble. Parece que Leví es el nombre que le puso su padre físico. Pero todo indica que Mateo como se lo conoce después, se entendería como el nombre que Jesús le puso. Y Mateo significa el “don de Dios”.
Jesús es el que da nuevos inicios.
Él hace nuevas a las personas.
Mateo no encajaba, no se integraba y estaba entre dos mundos. No era querido por su gente ni para quienes trabajaba, pero Mateo era querido por el Señor.
Él sigue llamando a las personas que no encajan en ningún lado, porque en Él si somos valiosos.
Los más débiles, los más despreciados, los que tenemos menos cualidades, SI TAN SOLO NOS ARREPENTIMOS DE NUESTRO PECADO, y lo confesamos como Señor en nuestras vidas, entonces, para Él si somos demasiado importantes.
Él está dispuesto a utilizarnos como herramientas para TRASTORNAR EL MUNDO.
Mateo murió en Etiopía, según la tradición cristiana, fue atravesado por una espada por causa de su fe.
Pero Mateo nos dejó un precioso evangelio donde nos habla de Su Señor Cristo que lo rescató y al mundo también.
¿Cuántos de nosotros vamos a morir, llenos de los logros profesionales, pero sin haber dejado nada aún a pesar del llamado del Señor?
¿Cuántos vamos a morir sin trastornar el mundo?

El Señorío de Cristo en la vida del creyente exige sacrificios, pero debe hacerse con gozo, pues los beneficios de eternidad son incomparables.

El llamamiento de Mateo, no fue algo amargo, sino que fue algo recibido con gran gozo. Hizo un banquete.
¿Qué ha pasado ahora que cuando Jesús nos llama a seguirle parece ser un martirio?
Tener que dejar tantas cosas por el evangelio. Sí que parece un martirio.
Pero Mateo lo recibió con gozo, hizo un banquete para celebrarlo.
¿También vivimos con gozo en nuestro servicio al Señor?
¿O vivimos en un martirio?
¿Crees que Jesús te está privando de muchas cosas?
¿Podrías renunciar a un sábado de tu deporte para ir a evangelismo en Cliza?
¿Podrás renunciar a un domingo de tu merecido descanso, para trabajar con los niños en este parque?
¿Será mucho martirio? Será que diremos, que mal organizado está. Justo lo hicieron en domingo. Justo en la tarde.
Si vas a seguir a Jesús, hazlo con GOZO.
Porque no hay mayor gozo que saber que somos preciosos para Él
No hay mayor gratitud al que ofrece Su vida en la cruz, que entregarle también todo lo que tienes.
La vida cristiana es también exigente y muchas veces sacrificada.
Pero sus beneficios, eternos, superan muchísimo a los sacrificios.

Todos necesitamos reconocer nuestra condición espiritual y la necesidad de que Cristo sea nuestro Señor.

(Evangelismo)
Solo los que se ven a sí mismos virtuosos, y creen que nunca han hecho daño a nadie, son los que se pueden escandalizar de la actitud de Cristo.
Sí, habrá personas que no van a reconocer su necesidad de Cristo.
Pero todos los que lo hagan y se sienten a la misma misma con JESÚS serán transformados.
No puede levantarte de la mesa de Cristo sin ser transformado.
Pero debes obedecer al llamado. Tal vez te estás privando de eso hoy.
Mateo tenía al imperio romano de Señor, al César de Señor y Mateo ganaba muy bien.
Pero solo el reconocer su bancarrota espiritual y su condición caída, puede mostrarle Quién verdaderamente es el Único Señor por el cual vale la pena dejarlo todo.
Mateo cambia de Señor.
Obedece el llamado de JESÚS para tener al REY ETERNO de SEÑOR.
Lucas 5:32 RVR60
32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Los escribas y fariseos, no quieren cambiar de Señor. Pero no es Dios Su Señor, sino aceptarían al enviado profetizado en las Escrituras, son presas del orgullo y de la autojustificación.
Él no ha venido a llamar a sanos, sino a pecadores al arrepentimiento.
¿Aún no te ha rescatado Jesús?
Entonces, dejemos el orgullo y reconozcamos nuestra pobreza espiritual. Y nos sentaremos a su mesa.
FE Y ARREPENTIMIENTO.

CONCLUSIÓN

Llamados a un cambio de Señor, es un llamado al arrepentimiento.
No te preocupes si no encajas bien en el mundo. Solo escucha la voz de Cristo llamandote y deja todo para seguirle y servirle en Su Iglesia.
Cambiemos de Señor. Él es digno de ello.
Muchos, que no reconozcan su pobreza espiritual, no van a cambiar de Señor. Mateo va a cambiar al César por Cristo, y nosotros tenemos la misma oportunidad hoy.
Vamos a orar.
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